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Studies in Biblical Sciences since 1987. Diplomat in Biblical Sciences and Religion Philosophy by UNAM (2008). Student in the Bachelor of Religious Sciences by La Salle University, México (2011-2016).

viernes, 25 de abril de 2008

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COLABORACIONES TELEVISIÓN

Arturo Campillo S.


Acabo de montar los clips que hice para la televisión sobre el "Evangelio de Judas" y "El Priorato de Sión y el Código Da Vinci".

Agradeceré cualquier comentario.



lunes, 21 de abril de 2008

PERFIL Y CORREO

Para mayor información de este moderador, incluyendo colaboraciones en wikipedia:


CIENCIAS BÍBLICAS, ¿PARA QUÉ?



CIENCIAS BÍBLICAS, ¿PARA QUÉ?
Arturo Campillo S.

A continuación, el discruso que presenté el 16 de febrero de 2008:
Buenas tardes:

Mientras preparaba esta exposición, me di cuenta de lo equivocado que sería hacer una recitación filosófica sobre la importancia de las ciencias en el mundo actual, si no nos dice algo de nuestra vida real. Nosotros no somos estudiosos de algún país poderoso, viviendo en casas de campo y con grandes bibliotecas. Somos mexicanos de principios del siglo XXI, que vivimos a expensas del transporte público, y con cualquier cantidad de problemas de tipo económico, laboral, familiar y social.


Entonces, las ciencias bíblicas ¿para qué? Ésta es una de las preguntas que en algún momento nos llegan a hacer familiares, amigos, o conocidos de cualquier tipo. La segunda pregunta que más nos hacen, con diferentes tonos es: ¿se puede vivir de esto? Veamos si encontramos una respuesta a ambas preguntas.

Empecemos por hacer una reflexión sobre el asunto de las ciencias. Nunca antes en la historia, hemos tenido tanto acceso al conocimiento, por vías como la televisión, la radio o la internet. Y sin embargo, nunca antes el interés por saber ha sido más impopular, o incluso, desprestigiado. Por lo tanto, radio y tv se han llenado de contenidos vacíos, y la internet se la ido utilizando para satisfacer los mas variados calentamientos.

Cuando evitamos quedarnos sólo con lo que nos dicen, y nos adentramos en cualquier tipo de estudio, nos enteramos como pensaban los hombres de otras épocas, o cómo piensan los de otros lugares, nos damos cuenta de que sin importar estas características, ellos no eran, ni son esencialmente, muy diferentes a nosotros.

André Maurois, escritor y premio Nóbel francés, dijo: “la lectura de un buen libro es un diálogo incesante en el cual el libro habla y el alma contesta.” (fin cita) Lo que nuestra alma confiesa de esa manera, es la inquietud, el temor, o la necesidad de saber quienes somos, por qué nuestro mundo es como es, cual es nuestro motivo en la vida.

La inquietud es la misma. Y ha existido siempre. Es entonces cuando nos damos cuenta de que hay dos tipos de personas; los que intentan ignorar ese sentimiento, absortos por vivir intensamente sólo el presente con distracciones de todo tipo, o los que viven entregados por buscar razones, azorados por los sucesos del pasado, y ansiosos por el futuro.

Este tipo de personas, los que buscan respuestas, tienen una característica en común, no importa, una vez más, el lugar o la época en el que vivieron, ya sea que los encontremos en los libros de historia o en los libros religiosos. Y es una característica importante: la creencia de que este mundo puede ser mejor.

Seamos honestos. El conocimiento por sí sólo no transforma a nadie. Sin embargo, ninguna tarea, cambio o compromiso se puede realizar sin una meta clara; sin el entendimiento de cuál es el origen de los problemas que queremos solucionar. George Orwell, reconocido escritor británico, escribió alguna vez: ‘si la libertad significa algo, será sobre todo el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír.’

Diariamente nosotros, mexicanos del siglo XXI, nos quejamos de lo mal que están las cosas en el país, en nuestro trabajo, en nuestra comunidad o nuestra familia. Pero, ¿cuántos de nosotros investigamos el por qué? O peor aún. ¿cuántos de nosotros estamos capacitados para proponer soluciones serias?

Es así, cuando las ciencias de cualquier tipo empiezan a decirnos algo de nosotros mismos. Ya no son materias encerradas con los especialistas en las bibliotecas. Al darnos una visión de continuidad de nuestro pasado a nuestro futuro, nos ayuda a formarnos un sentido de existencia en un mundo que al ser cada vez más egoísta, es cada vez más caótico.

Hablando en particular de las ciencias bíblicas, éstas no son evidentemente ciencias basadas o extraídas de la Biblia. Son más bien aquellas disciplinas que nos ayuden a estudiar y comprender el texto bíblico.

Éste no es, como podría pensarse, un tema exclusivo para creyentes. Independientemente si es creyente o no, la Biblia es un libro rector, incluso en nuestra sociedad laica. En él se basa gran desde la forma en que dividimos la semana en siete días, el origen y finalidad de la vida, hasta la opinión que tengamos sobre la existencia de una divinidad. La visión que tengamos de este libro, define de maneras de las que pocas veces estamos conscientes, nuestro trato con los demás, y nuestra forma de entender el mundo.

La interpretación que se ha hecho del texto bíblico ha influido en eventos históricos tan importantes como lo son las continuas guerras de religión que han definido no sólo fronteras nacionales, sino también corrientes de pensamiento; la invención de la imprenta, el surgimiento del capitalismo o las guerras de Oriente Medio. 

Asuntos más cercanos a nosotros, como los constantes desencuentros entre los creyentes de las diversas confesiones cristianas (cuyo punto más álgido es el problema de los desplazados en Chiapas), y del cristianismo en general con otras religiones, el surgimiento de sectas con estructura social propia, o incluso fenómenos mediáticos como el Código Da Vinci y el Evangelio de Judas (y los que vengan) pueden causar desde confusión hasta verdadera zozobra, sin un entendimiento claro de lo qué es la Biblia, y las circunstancias que le dieron origen.

Un reconocimiento de esta necesidad por entender todo esto, es el que a los eventos que hemos organizado, no sólo han asistido cristianos de todas las confesiones, sino practicantes de otras religiones, como el Islam y el hinduismo, e incluso ateos. Una vez más, independientemente de las circunstancias, la inquietud por una mejor comprensión del pasado, y una mejor construcción del futuro, es la misma.

Finalmente la pregunta: ¿se puede vivir de esto? la experiencia personal de varios años da una respuesta tajante. No. No se puede vivir de esto.

Pero esta misma experiencia me ha enseñado, que es CON ESTO con lo que podemos vivir de manera más consciente, y por lo tanto de forma más plena. La necesidad de reconocer nuestras necesidades y deseos, como primer paso para la construcción de un sentido de vida, es un proceso demandante por naturaleza, y muchas veces, frustrante por las circunstancias en la que nos tocó realizarlo. Sin embargo, y por decir lo menos, el viaje por este camino ha sido muy interesante. Los invito a que comiencen el suyo.

Por su atención, muchas gracias.

miércoles, 16 de abril de 2008

IMPORTANCIA DE UNA HISTORIA CRÍTICA

EL MOTIVO DE ESTE BLOG
Arturo Campillo S.

Una característica de la historiografía actual, realizada en el ámbito tanto laico como religioso, es la de basarse en paradigmas o tradiciones que distan de ser comprobables, interpretaciones incorrectas de las fuentes, o en informaciones no actualizadas por los recientes estudios arqueológicos o filológicos. Prácticamente se podría hablar de una quasi-parálisis de estos estudios.

Además, los nuevos descubrimientos y teorías revisionistas que estos han originado, no ha encontrado un medio adecuado de difusión; mucho menos en idioma español.

A través de este medio, mediante la exposición de cuestionamientos y argumentaciones (el sistema crítico, pues), se hará patente la necesidad de revisar, ordenar y difundir los nuevos conocimientos históricos, ya que nuestro avance en esta especialización llevará a una nueva comprensión de lo que somos (y seremos).